- 3 sept
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𝗠𝗜𝗡𝗗𝗙𝗨𝗟𝗡𝗘𝗦𝗦 𝗣𝗮𝗿𝘁 𝟮
“y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”
SAN JUAN 8:32
Una de las características más comunes en la práctica del mindfulness y la meditación oriental es el uso de música o sonidos de fondo diseñados para inducir calma y elevar la conciencia. Estos sonidos incluyen melodías ambientales, vibraciones de cuencos tibetanos, campanas, mantras repetitivos o música de estilo “new age”. Aunque se presentan como neutros y relajantes, su propósito original en religiones como el budismo y el hinduismo es preparar el alma para entrar en un estado de apertura espiritual, facilitando la conexión con energías cósmicas o deidades paganas. Esto es muy peligroso, porque lo que entra por el oído penetra el corazón y puede perturbar el espíritu.
La Biblia enseña que “la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17). Lo que escuchamos tiene poder: puede edificar nuestra fe o puede desviar nuestra mente. Por eso Jesús dijo: “Mirad, pues, cómo oís” (Lucas 8:18). El oído es una puerta espiritual y, si no se guarda, puede ser un canal por donde entren confusión y opresión. El enemigo lo sabe, y por eso usa la música como estrategia para sembrar sus engaños.
Los mantras que muchas veces acompañan el mindfulness son frases que no son simples sonidos, sino invocaciones a divinidades falsas. Palabras como “Om” son usadas para abrir la mente y conectarse con lo que llaman “energía universal”. Pero la Biblia nos ordena claramente: “No mentaréis el nombre de dioses ajenos, ni se oirá de vuestra boca” (Éxodo 23:13). Aunque alguien repita esas frases sin saberlo, su origen es idolátrico, y por lo tanto no puede ser agradable delante del Señor.
La música tiene un impacto espiritual real. Cuando Saúl era atormentado por un espíritu malo, David tocaba el arpa y el espíritu huía (1 Samuel 16:23). Esto demuestra que la música no es neutral: puede traer liberación y paz cuando glorifica a Dios, o puede abrir la puerta al tormento espiritual cuando su origen está en prácticas del enemigo.
La diferencia está en quién es exaltado a través de la música. El mindfulness exalta el yo, la energía y lo cósmico; la música cristiana "la adoracion en espiritu y verdad" exalta al Dios vivo.
Contraste en las diferencias:
Música en Mindfulness
Cuencos tibetanos, mantras, vibraciones, sonidos ambientales con raíces orientales
Música Bíblica y Cristiana
Himnos, salmos, cánticos espirituales (Efesios 5:19)
Música en Mindfulness
Invocaciones a energías o divinidades falsas.
Música Bíblica y Cristiana
Adoración dirigida al Dios verdadero y a Cristo.
Música en Mindfulness
Busca alterar el estado de conciencia y “vaciar la mente”
Música Bíblica y Cristiana
Llena el corazón del Espíritu Santo (Efesios 5:18-19).
Música en Mindfulness
Produce calma pasajera y sensaciones físicas.
Música Bíblica y Cristiana
Produce paz verdadera que guarda el corazón (Filipenses 4:7).
Música en Mindfulness
Centrada en el yo y la autoobservación.
Música Bíblica y Cristiana
Centrada en Dios, su gloria y su presencia.
Música en Mindfulness
Herramienta del enemigo para abrir puertas espirituales.
Música Bíblica y Cristiana
Instrumento del Espíritu Santo para sanar y liberar.
El contraste es radical. La música usada en mindfulness es un medio para manipular emociones y llevar al alma a un terreno de neutralidad donde puede ser engañada. La música bíblica, en cambio, es un medio de gracia, porque cuando el pueblo de Dios canta, adora y proclama su Palabra, su Espíritu se mueve y trae libertad. Jesús dijo: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen” (Juan 10:27). Esa debe ser nuestra música: la que nos conecta con la voz del Buen Pastor, no con voces extrañas.
En conclusión, el enemigo no solo utiliza posturas, mudras o gestos en el mindfulness, sino también la música. Lo que parece un simple sonido de relajación tiene un trasfondo espiritual que busca abrir puertas al alma. Por eso debemos cuidar lo que escuchamos y llenar nuestros oídos de cánticos de adoración, de salmos y de la Palabra de Dios. Como dice Proverbios 4:23: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida”. Y lo que escuchamos es una de las llaves principales para guardar o para exponer el corazón. El mundo ofrece música para la relajación sin Dios, pero la Iglesia tiene música que trae liberación con Dios. Esa es la diferencia entre la mentira del enemigo y la verdad de Cristo.
P. Lorena Cuevas

