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  • 3 sept
  • 3 Min. de lectura
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𝗠𝗜𝗡𝗗𝗙𝗨𝗟𝗡𝗘𝗦𝗦 𝗣𝗮𝗿𝘁 𝟮

“y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.”

‭‭SAN JUAN‬ ‭8‬:‭32‬ ‭


Una de las características más comunes en la práctica del mindfulness y la meditación oriental es el uso de música o sonidos de fondo diseñados para inducir calma y elevar la conciencia. Estos sonidos incluyen melodías ambientales, vibraciones de cuencos tibetanos, campanas, mantras repetitivos o música de estilo “new age”. Aunque se presentan como neutros y relajantes, su propósito original en religiones como el budismo y el hinduismo es preparar el alma para entrar en un estado de apertura espiritual, facilitando la conexión con energías cósmicas o deidades paganas. Esto es muy peligroso, porque lo que entra por el oído penetra el corazón y puede perturbar el espíritu.

La Biblia enseña que “la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17). Lo que escuchamos tiene poder: puede edificar nuestra fe o puede desviar nuestra mente. Por eso Jesús dijo: “Mirad, pues, cómo oís” (Lucas 8:18). El oído es una puerta espiritual y, si no se guarda, puede ser un canal por donde entren confusión y opresión. El enemigo lo sabe, y por eso usa la música como estrategia para sembrar sus engaños.


Los mantras que muchas veces acompañan el mindfulness son frases que no son simples sonidos, sino invocaciones a divinidades falsas. Palabras como “Om” son usadas para abrir la mente y conectarse con lo que llaman “energía universal”. Pero la Biblia nos ordena claramente: “No mentaréis el nombre de dioses ajenos, ni se oirá de vuestra boca” (Éxodo 23:13). Aunque alguien repita esas frases sin saberlo, su origen es idolátrico, y por lo tanto no puede ser agradable delante del Señor.


La música tiene un impacto espiritual real. Cuando Saúl era atormentado por un espíritu malo, David tocaba el arpa y el espíritu huía (1 Samuel 16:23). Esto demuestra que la música no es neutral: puede traer liberación y paz cuando glorifica a Dios, o puede abrir la puerta al tormento espiritual cuando su origen está en prácticas del enemigo.


La diferencia está en quién es exaltado a través de la música. El mindfulness exalta el yo, la energía y lo cósmico; la música cristiana "la adoracion en espiritu y verdad" exalta al Dios vivo.


Contraste en las diferencias:

  • Música en Mindfulness

Cuencos tibetanos, mantras, vibraciones, sonidos ambientales con raíces orientales

  • Música Bíblica y Cristiana

Himnos, salmos, cánticos espirituales (Efesios 5:19)

  • Música en Mindfulness

Invocaciones a energías o divinidades falsas.

  • Música Bíblica y Cristiana

Adoración dirigida al Dios verdadero y a Cristo.

  • Música en Mindfulness

Busca alterar el estado de conciencia y “vaciar la mente”

  • Música Bíblica y Cristiana

Llena el corazón del Espíritu Santo (Efesios 5:18-19).

  • Música en Mindfulness

Produce calma pasajera y sensaciones físicas.

  • Música Bíblica y Cristiana

Produce paz verdadera que guarda el corazón (Filipenses 4:7).

  • Música en Mindfulness

Centrada en el yo y la autoobservación.

  • Música Bíblica y Cristiana

Centrada en Dios, su gloria y su presencia.

  • Música en Mindfulness

Herramienta del enemigo para abrir puertas espirituales.

  • Música Bíblica y Cristiana

Instrumento del Espíritu Santo para sanar y liberar.


El contraste es radical. La música usada en mindfulness es un medio para manipular emociones y llevar al alma a un terreno de neutralidad donde puede ser engañada. La música bíblica, en cambio, es un medio de gracia, porque cuando el pueblo de Dios canta, adora y proclama su Palabra, su Espíritu se mueve y trae libertad. Jesús dijo: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen” (Juan 10:27). Esa debe ser nuestra música: la que nos conecta con la voz del Buen Pastor, no con voces extrañas.


En conclusión, el enemigo no solo utiliza posturas, mudras o gestos en el mindfulness, sino también la música. Lo que parece un simple sonido de relajación tiene un trasfondo espiritual que busca abrir puertas al alma. Por eso debemos cuidar lo que escuchamos y llenar nuestros oídos de cánticos de adoración, de salmos y de la Palabra de Dios. Como dice Proverbios 4:23: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida”. Y lo que escuchamos es una de las llaves principales para guardar o para exponer el corazón. El mundo ofrece música para la relajación sin Dios, pero la Iglesia tiene música que trae liberación con Dios. Esa es la diferencia entre la mentira del enemigo y la verdad de Cristo.


P. Lorena Cuevas

 
 
 
  • 2 sept
  • 4 Min. de lectura

𝗠𝗜𝗡𝗗𝗙𝗨𝗟𝗡𝗘𝗦𝗦 • Es aceptable y aprovada por Dios?

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En los últimos años la palabra mindfulness se ha puesto de moda en hospitales, escuelas y empresas, presentándose como una herramienta neutral para reducir el estrés, sanar emociones y encontrar paz interior. Se define como la práctica de estar en el aquí y en el ahora, aceptando pensamientos y emociones sin juzgarlos, y muchas veces se acompaña de posturas corporales y gestos de las manos llamados mudras, donde se juntan los dedos en forma de círculo.


𝙀𝙨𝙩𝙚 𝙙𝙚𝙩𝙖𝙡𝙡𝙚, 𝙦𝙪𝙚 𝙥𝙖𝙧𝙚𝙘𝙚 𝙞𝙣𝙤𝙛𝙚𝙣𝙨𝙞𝙫𝙤, 𝙥𝙧𝙤𝙫𝙞𝙚𝙣𝙚 𝙙𝙚 𝙩𝙧𝙖𝙙𝙞𝙘𝙞𝙤𝙣𝙚𝙨 𝙗𝙪𝙙𝙞𝙨𝙩𝙖𝙨 𝙚 𝙝𝙞𝙣𝙙𝙪́𝙚𝙨 𝙮 𝙨𝙞𝙢𝙗𝙤𝙡𝙞𝙯𝙖 𝙡𝙖 𝙪𝙣𝙞𝙤́𝙣 𝙙𝙚𝙡 𝙮𝙤 𝙞𝙣𝙙𝙞𝙫𝙞𝙙𝙪𝙖𝙡 𝙘𝙤𝙣 𝙡𝙖 𝙨𝙪𝙥𝙪𝙚𝙨𝙩𝙖 𝙙𝙞𝙫𝙞𝙣𝙞𝙙𝙖𝙙 𝙪𝙣𝙞𝙫𝙚𝙧𝙨𝙖𝙡.


En el hinduismo se conoce como Chin Mudra, y se interpreta como la fusión entre el ser humano y la energía cósmica, mientras que en el budismo representa iluminación y sabiduría interior. Aunque en Occidente se promueve como un simple gesto para “relajarse”, en realidad es un símbolo espiritual con raíces en religiones contrarias al Dios vivo.


𝙇𝙖 𝘽𝙞𝙗𝙡𝙞𝙖 𝙣𝙤𝙨 𝙚𝙣𝙨𝙚𝙣̃𝙖 𝙦𝙪𝙚 𝙣𝙪𝙚𝙨𝙩𝙧𝙤 𝙘𝙪𝙚𝙧𝙥𝙤 𝙚𝙨 𝙩𝙚𝙢𝙥𝙡𝙤 𝙙𝙚𝙡 𝙀𝙨𝙥𝜾́𝙧𝙞𝙩𝙪 𝙎𝙖𝙣𝙩𝙤 (𝟭 𝘾𝙤𝙧𝙞𝙣𝙩𝙞𝙤𝙨 𝟲:𝟭𝟵) 𝙮 𝙦𝙪𝙚 𝙣𝙪𝙚𝙨𝙩𝙧𝙖𝙨 𝙢𝙖𝙣𝙤𝙨 𝙙𝙚𝙗𝙚𝙣 𝙡𝙚𝙫𝙖𝙣𝙩𝙖𝙧𝙨𝙚 𝙚𝙣 𝙥𝙪𝙧𝙚𝙯𝙖 𝙥𝙖𝙧𝙖 𝙜𝙡𝙤𝙧𝙞𝙛𝙞𝙘𝙖𝙧 𝙖 𝘿𝙞𝙤𝙨 (𝟭 𝙏𝙞𝙢𝙤𝙩𝙚𝙤 𝟮:𝟴).


No podemos ofrecerlas en gestos paganos que buscan conexión con fuerzas espirituales ajenas. Los mudras son una puerta sutil para prácticas que desvían el corazón del Señor. Por eso, aunque se disfraza de simple ejercicio, juntar los dedos en meditación es una práctica que en esencia declara unión con divinidades falsas y va en contra de la comunión con el único Dios verdadero.


El origen del mindfulness está en el budismo, donde la práctica de la atención plena (sati) busca liberarse del sufrimiento por medio de la observación desapegada y el vaciamiento de la mente. En la década de 1970, Jon Kabat-Zinn lo trajo a Occidente como un programa médico llamado MBSR, presentándolo como ciencia y separándolo de su contexto religioso. Sin embɑɾgo, ɑunque cɑmbió el lenguɑje, lɑ esenciɑ sigue siendo lɑ mismɑ: unɑ pɾɑ́cticɑ espiɾituɑl que sustituγe lɑ comunión con Dios poɾ ɑutoobseɾvɑción γ técnicɑs humɑnɑs.


𝙇𝙖 𝙀𝙨𝙘𝙧𝙞𝙩𝙪𝙧𝙖 𝙣𝙤𝙨 𝙖𝙙𝙫𝙞𝙚𝙧𝙩𝙚 𝙘𝙡𝙖𝙧𝙖𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚: “𝙈𝙞𝙧𝙖𝙙 𝙦𝙪𝙚 𝙣𝙖𝙙𝙞𝙚 𝙤𝙨 𝙚𝙣𝙜𝙖𝙣̃𝙚 𝙥𝙤𝙧 𝙢𝙚𝙙𝙞𝙤 𝙙𝙚 𝙛𝙞𝙡𝙤𝙨𝙤𝙛𝜾́𝙖𝙨 𝙮 𝙝𝙪𝙚𝙘𝙖𝙨 𝙨𝙪𝙩𝙞𝙡𝙚𝙯𝙖𝙨, 𝙨𝙚𝙜𝙪́𝙣 𝙡𝙖𝙨 𝙩𝙧𝙖𝙙𝙞𝙘𝙞𝙤𝙣𝙚𝙨 𝙙𝙚 𝙡𝙤𝙨 𝙝𝙤𝙢𝙗𝙧𝙚𝙨, 𝙘𝙤𝙣𝙛𝙤𝙧𝙢𝙚 𝙖 𝙡𝙤𝙨 𝙧𝙪𝙙𝙞𝙢𝙚𝙣𝙩𝙤𝙨 𝙙𝙚𝙡 𝙢𝙪𝙣𝙙𝙤, 𝙮 𝙣𝙤 𝙨𝙚𝙜𝙪́𝙣 𝘾𝙧𝙞𝙨𝙩𝙤” (𝘾𝙤𝙡𝙤𝙨𝙚𝙣𝙨𝙚𝙨 𝟮:𝟴).


El mindfulness promete paz enfocando la atención en la respiración, en el cuerpo y en los pensamientos. Pero la vida cristiana no tiene su centro en el yo, sino en Cristo. Jesús dijo que el primer y gran mandamiento es amar a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente (Mateo 22:37). La atención plena del creyente no se dirige a sensaciones físicas, sino a la presencia del Señor. El salmista lo entendía bien: “En la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche” (Salmo 1:2). La verdadera meditación bíblica no consiste en vaciar la mente, sino en llenarla con la Palabra de Dios, recordándola y rumiándola día y noche.


𝙀𝙡 𝙥𝙚𝙡𝙞𝙜𝙧𝙤 𝙙𝙚𝙡 𝙢𝙞𝙣𝙙𝙛𝙪𝙡𝙣𝙚𝙨𝙨 𝙚𝙨 𝙦𝙪𝙚 𝙞𝙣𝙫𝙞𝙩𝙖 𝙖 𝙙𝙚𝙟𝙖𝙧 𝙡𝙖 𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙙𝙚𝙨𝙤𝙘𝙪𝙥𝙖𝙙𝙖, 𝙤𝙗𝙨𝙚𝙧𝙫𝙖𝙣𝙙𝙤 𝙥𝙚𝙣𝙨𝙖𝙢𝙞𝙚𝙣𝙩𝙤𝙨 𝙨𝙞𝙣 𝙟𝙪𝙯𝙜𝙖𝙧𝙡𝙤𝙨 𝙮 𝙖𝙗𝙧𝙞𝙚́𝙣𝙙𝙤𝙨𝙚 𝙖 “𝙛𝙡𝙪𝙞𝙧” 𝙘𝙤𝙣 𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙫𝙚𝙣𝙜𝙖. 𝙋𝙚𝙧𝙤 𝙪𝙣𝙖 𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙫𝙖𝙘𝜾́𝙖 𝙣𝙤 𝙚𝙨 𝙪𝙣 𝙩𝙚𝙧𝙧𝙚𝙣𝙤 𝙣𝙚𝙪𝙩𝙧𝙤; 𝙚𝙨 𝙪𝙣 𝙚𝙨𝙥𝙖𝙘𝙞𝙤 𝙚𝙭𝙥𝙪𝙚𝙨𝙩𝙤. 𝙅𝙚𝙨𝙪́𝙨 𝙖𝙙𝙫𝙞𝙧𝙩𝙞𝙤́ 𝙚𝙣 𝙈𝙖𝙩𝙚𝙤 𝟭𝟮:𝟰𝟯-𝟰𝟱 𝙦𝙪𝙚 𝙘𝙪𝙖𝙣𝙙𝙤 𝙪𝙣𝙖 𝙘𝙖𝙨𝙖 𝙦𝙪𝙚𝙙𝙖 𝙫𝙖𝙘𝜾́𝙖, 𝙗𝙖𝙧𝙧𝙞𝙙𝙖 𝙮 𝙖𝙙𝙤𝙧𝙣𝙖𝙙𝙖, 𝙚𝙨 𝙫𝙪𝙡𝙣𝙚𝙧𝙖𝙗𝙡𝙚 𝙖 𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙡 𝙚𝙣𝙚𝙢𝙞𝙜𝙤 𝙧𝙚𝙜𝙧𝙚𝙨𝙚 𝙘𝙤𝙣 𝙢𝙖́𝙨 𝙛𝙪𝙚𝙧𝙯𝙖. 𝙇𝙖 𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙙𝙚𝙡 𝙘𝙧𝙞𝙨𝙩𝙞𝙖𝙣𝙤 𝙣𝙤 𝙙𝙚𝙗𝙚 𝙚𝙨𝙩𝙖𝙧 𝙫𝙖𝙘𝜾́𝙖, 𝙨𝙞𝙣𝙤 𝙧𝙚𝙣𝙤𝙫𝙖𝙙𝙖, 𝙩𝙧𝙖𝙣𝙨𝙛𝙤𝙧𝙢𝙖𝙙𝙖 𝙮 𝙤𝙘𝙪𝙥𝙖𝙙𝙖 𝙥𝙤𝙧 𝘾𝙧𝙞𝙨𝙩𝙤. “𝙉𝙤 𝙤𝙨 𝙘𝙤𝙣𝙛𝙤𝙧𝙢𝙚́𝙞𝙨 𝙖 𝙚𝙨𝙩𝙚 𝙨𝙞𝙜𝙡𝙤, 𝙨𝙞𝙣𝙤 𝙩𝙧𝙖𝙣𝙨𝙛𝙤𝙧𝙢𝙖𝙤𝙨 𝙥𝙤𝙧 𝙢𝙚𝙙𝙞𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙖 𝙧𝙚𝙣𝙤𝙫𝙖𝙘𝙞𝙤́𝙣 𝙙𝙚 𝙫𝙪𝙚𝙨𝙩𝙧𝙤 𝙚𝙣𝙩𝙚𝙣𝙙𝙞𝙢𝙞𝙚𝙣𝙩𝙤” (𝙍𝙤𝙢𝙖𝙣𝙤𝙨 𝟭𝟮:𝟮).


El mundo ofrece una paz aparente, pero Jesús dijo: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo” (Juan 14:27). El mindfulness puede dar calma momentánea, pero no toca la raíz del problema. La verdadera paz comienza cuando la mente y el corazón son guardados en Cristo Jesús, como enseña Filipenses 4:6-7: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.


El contraste es claro. El mindfulness busca la autoaceptación y el vaciamiento interior; la vida en el Espíritu Santo nos lleva a poner los ojos en Jesús (Hebreos 12:2). 𝙀𝙡 𝙢𝙞𝙣𝙙𝙛𝙪𝙡𝙣𝙚𝙨𝙨 𝙣𝙤𝙨 𝙞𝙣𝙫𝙞𝙩𝙖 𝙖 𝙖𝙘𝙚𝙥𝙩𝙖𝙧 𝙡𝙖 𝙧𝙚𝙖𝙡𝙞𝙙𝙖𝙙 𝙩𝙖𝙡 𝙘𝙤𝙢𝙤 𝙚𝙨; 𝘾𝙧𝙞𝙨𝙩𝙤 𝙣𝙤𝙨 𝙩𝙧𝙖𝙣𝙨𝙛𝙤𝙧𝙢𝙖 𝙮 𝙣𝙤𝙨 𝙝𝙖𝙘𝙚 𝙣𝙪𝙚𝙫𝙖𝙨 𝙘𝙧𝙞𝙖𝙩𝙪𝙧𝙖𝙨 (𝟮 𝘾𝙤𝙧𝙞𝙣𝙩𝙞𝙤𝙨 𝟱:𝟭𝟳). El mindfulness busca la unión con una energía universal mediante gestos como los mudras; la fe cristiana nos invita a levantar manos santas en oración al Dios vivo (1 Timoteo 2:8). El mindfulness ofrece paz limitada; Cristo nos da la paz eterna que el mundo no puede dar ni quitar.


𝐏𝐨𝐫 𝐞𝐬𝐨 𝐝𝐞𝐛𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐭𝐞𝐧𝐞𝐫 𝐝𝐢𝐬𝐜𝐞𝐫𝐧𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨. 𝐍𝐨 𝐩𝐨𝐝𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐦𝐢𝐭𝐢𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚𝐭𝐞𝐠𝐢𝐚𝐬 𝐬𝐮𝐭𝐢𝐥𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐒𝐚𝐭𝐚𝐧𝐚́𝐬 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞𝐧 𝐚 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚𝐬 𝐯𝐢𝐝𝐚𝐬 𝐝𝐢𝐬𝐟𝐫𝐚𝐳𝐚𝐝𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐜𝐢𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐨 𝐝𝐞 𝐛𝐢𝐞𝐧𝐞𝐬𝐭𝐚𝐫. 𝐄𝐥 𝐞𝐧𝐞𝐦𝐢𝐠𝐨 𝐬𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐡𝐚 𝐪𝐮𝐞𝐫𝐢𝐝𝐨 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭𝐚𝐫 𝐢𝐦𝐢𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐃𝐢𝐨𝐬 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞 𝐝𝐚𝐫. 𝐄𝐥 𝐦𝐢𝐧𝐝𝐟𝐮𝐥𝐧𝐞𝐬𝐬 𝐞𝐬 𝐮𝐧𝐚 𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐚𝐬 𝐢𝐦𝐢𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐞𝐥 𝐜𝐫𝐢𝐬𝐭𝐢𝐚𝐧𝐨 𝐬𝐚𝐛𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐡𝐚𝐲 𝐩𝐚𝐳 𝐯𝐞𝐫𝐝𝐚𝐝𝐞𝐫𝐚 𝐬𝐢𝐧 𝐫𝐞𝐧𝐨𝐯𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐞𝐧 𝐂𝐫𝐢𝐬𝐭𝐨. 𝐍𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐬𝐚𝐥𝐮𝐝 𝐞𝐦𝐨𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐥, 𝐩𝐬𝐢𝐜𝐨𝐥𝐨́𝐠𝐢𝐜𝐚 𝐲 𝐞𝐬𝐩𝐢𝐫𝐢𝐭𝐮𝐚𝐥 𝐧𝐨 𝐝𝐞𝐩𝐞𝐧𝐝𝐞 𝐝𝐞 𝐭𝐞́𝐜𝐧𝐢𝐜𝐚𝐬 𝐨𝐫𝐢𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥𝐞𝐬, 𝐬𝐢𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐫𝐞𝐧𝐝𝐢𝐫𝐧𝐨𝐬 𝐚𝐥 𝐒𝐞𝐧̃𝐨𝐫, 𝐫𝐞𝐜𝐢𝐛𝐢𝐫 𝐥𝐚 𝐨𝐛𝐫𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐄𝐬𝐩𝛊́𝐫𝐢𝐭𝐮 𝐒𝐚𝐧𝐭𝐨 𝐲 𝐦𝐞𝐝𝐢𝐭𝐚𝐫 𝐞𝐧 𝐒𝐮 𝐏𝐚𝐥𝐚𝐛𝐫𝐚. 𝐈𝐬𝐚𝛊́𝐚𝐬 𝟐𝟔:𝟑 𝐥𝐨 𝐜𝐨𝐧𝐟𝐢𝐫𝐦𝐚: “𝐓𝐮́ 𝐠𝐮𝐚𝐫𝐝𝐚𝐫𝐚́𝐬 𝐞𝐧 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐚 𝐩𝐚𝐳 𝐚 𝐚𝐪𝐮𝐞𝐥 𝐜𝐮𝐲𝐨 𝐩𝐞𝐧𝐬𝐚𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐞𝐧 𝐭𝐢 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐞𝐯𝐞𝐫𝐚, 𝐩𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐧 𝐭𝐢 𝐡𝐚 𝐜𝐨𝐧𝐟𝐢𝐚𝐝𝐨”.


La verdadera alternativa para el cristiano no es observar la respiración, sino orar sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17). No es aceptar pensamientos sin juicio, sino llevar cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo (2 Corintios 10:5). No es vaciar la mente, sino llenarse del Espíritu Santo (Efesios 5:18). No es enfocarse en el presente pasajero, sino poner la mira en las cosas de arriba, donde está Cristo (Colosenses 3:1-2).

𝐄𝐧 𝐜𝐨𝐧𝐜𝐥𝐮𝐬𝐢𝐨́𝐧, 𝐞𝐥 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐨𝐟𝐫𝐞𝐜𝐞 𝐚𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐩𝐥𝐞𝐧𝐚 𝐞𝐧 𝐮𝐧𝐨 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐃𝐢𝐨𝐬 𝐨𝐟𝐫𝐞𝐜𝐞 𝐜𝐨𝐦𝐮𝐧𝐢𝐨́𝐧 𝐩𝐥𝐞𝐧𝐚 𝐜𝐨𝐧 𝐄́𝐥. Y solo en esa comunión hay descanso, libertad y verdadera paz. “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). Mientras el mundo intenta sanar la ansiedad con técnicas humanas, el Señor nos invita a echar sobre Él toda nuestra carga, porque Él tiene cuidado de nosotros (Salmos 55:22, 1 Pedro 5:7). Nuestra atención plena es en Cristo, no en nosotros mismos, y en Él encontramos la verdadera renovación de la mente, la verdadera sanidad del alma y la paz que el mundo nunca podrá imitar.

P. Lorena Cuevas

 
 
 
  • 11 dic 2023
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 8 feb 2024



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LOS DEMÁS VEN A CRISTO EN MI?

Puedes responder sin titubear del uno al diez que tanto ven a Cristo en ti?  Califiquemos las siguientes preguntas para evaluar nuestra vida. ‼️

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Cuando vas a una fiesta NO cristiana, reflejas a Cristo no apartándote de la gente?

Cuando llegas a tu área de trabajo, donde hay comportamientos de doble sentido y palabras obscenas, ellos ven a Cristo en ti sin apartarte de ellos?

Cuando llega a una reunión de (mujeres) o (varones) y tienen temas de conversación fuera de lugar, ellos ven a Cristo en ti sin apartarte ?


La solución no es aparatarnos sino involucrarnos, sin mezclarnos tal como un barco en el océano y tal como el agua y el aceite! Juntos pero no revueltos.


Las escrituras nos deja un mensaje maravilloso en “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.” Juan 17:15. Vemos cómo estamos desafiados a permancer rodeados de cosas del mundo, pero a la misma ves tenemos la promesa que seremos guardados de todo mal.  Pero como nosotros podemos reflejar a Cristo en este entorno? REFLEJANDO EL CARACTER DE CRISTO. Filipenses 2: 3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; 4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. 5 Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.


1Corintios 11:1 Sed imitadores de mí, como también yo {lo soy} de Cristo.


Refleje a Cristo.

 
 
 

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